Hace unos días me topé con esta nota del New York Times y no puedo dejar de pensar en lo mucho que me identifico. Llevo casi 2 semanas con 0 ejercicio. Entre viaje de trabajo y ahora resintiendo las gripas de los niños, ha sido imposible. Y apenas empezamos la temporada navideña, cuando se vuelve todavía más extremo encontrar tiempo libre.

El llamado «fitness gender gap» es una más de las brechas de género que existen. Se refiere a que normalmente las mujeres ocupan más de su tiempo en labores de la familia y el hogar, dejando menos tiempo para hacer ejercicio.
El tema de género en el ejercicio no empieza cuando somos adultos y tenemos familias. Hay estudios que demuestran que los hombres asocian mucho más el ejercicio y deporte con el disfrute, mientras que las mujeres tienden más a hacerlo por cumplir con una apariencia física.
La relación con las mujeres y el ejercicio empieza desde niñas. En «Good for a Girl: A Woman Running in a Man’s World», Lauren Fleshman aborda de manera detallada cómo el deporte afecta a las niñas durante la pubertad, exponiendo las barreras físicas, emocionales y culturales que enfrentan. Las niñas sienten vergüenza o confusión, especialmente si sus entrenadores no están capacitados para apoyarlas.
A medida que van creciendo, el ejercicio se convierte en una manera de mantener la apariencia física. Y más delante cuando las mujeres están envueltas en su vida profesional o familiar, el ejercicio se vuelve una tarea más que hay que integrar en la complicada distribución del tiempo y la carga mental.
Hoy comparo el tiempo que le dediqué a los deportes de mis hijos en la semana vs el tiempo que me dediqué a mí. Entre el tiempo que le dedico en llevarlos a sus entrenamientos, más el tiempo de sus partidos, bien podría ser un día completo de trabajo.
El artículo del NYT sugiere que una manera de repensar el hacer ejercicio, para ponerlo en prioridad, es verlo como una manera de cuidarte antes de cuidar a los demás. Y lo más importante, saber que cualquier ejercicio, aunque sea una mini sesión, es mejor que nada.
Hace poco leí algo que decía que es importante que tus hijos te vean ser «egoísta». Que pones en prioridad tu bienestar. Que haces tiempo para ti. Mostrarles que el auto-cuidado no siempre es acción: a veces, es pausa, paciencia y un recordatorio de que no siempre podemos con todo. Lo importante es empezar, priorizarte y recordar que, aunque sea un paso pequeño, es un paso.
Felices trotes :)
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