El mes de Agosto es de los más calurosos en la ciudad de Monterrey. Hoy el termómetro registraba 39 grados a las 7:40 PM que estuve corriendo en calzada. Sentía la garganta seca como no lo había sentido hace tiempo.
Hace poco leí que la mente puede encontrar mil motivos para vencerse antes de que el cuerpo lo haga. Hace demasiado calor, pensaba. No estoy corriendo nada bien. Mi rodilla, mi chamorro, las subidas… Pero el peor motivo que últimamente he tratado de vencer es el cansancio. Cansancio físico sin haber entrenado. Qué ironico, no? Cuando la mente está ansiosa, cuando está preocupada, agota las energías del cuerpo. Correr se vuelve pesado. Mover una pierna, la otra, un pie, el otro pie.
Y así, a mitad del camino, me convenzo a mí misma. Ya falta menos, sigue adelante. Vuelvo al lugar donde me gusta estar y respiro de nuevo. Todo pasa. Cierro mi carrera y me refresco con agua.
El calor no ha bajado, ni bajará en un par de meses. Hay días tan pesados que hasta cuesta levantarse. Los momentos difíciles van y vienen. Sólo la esperanza mantiene el ánimo y el fuerte deseo de saber que al final, no se puede derribar a quien no quiere ser derribado. Y no hay peor batalla que la que no se pelea.
Felices trotes :)
En mi iPod: Empire of the sun – Standing on the shore