Por muchos años, he disfrutado del mar y las olas cada que voy a la playa. No hay nada más divertido que agarrar una buena ola en boogie board. Este año, tuve además la deliciosa experiencia de correr algunos kilómetros en la pista donde el mar se encuentra con la arena.
Me puse mis tennis tal y como si fuera a correr sobre el pavimento. El sol apenas y salía pero el vapor fue suficiente para sentir bastante calor antes de empezar a correr. Unos pasos y ya sentía que iba a ser un trote pesado. La arena amortigua, lo cual es bueno para las rodillas. Pero también hace que correr sea más difícil. Poco a poco me fui acostumbrando. caminando entre los charcos y en ocasiones sacándole la vuelta a las pequeñas oleadas que se acercaban a la playa. Los primeros kilómetros los corrí en contra del viento, así que no sentí mucho el calor. El problemas fue de regreso sin viento.
Estos últimos días, Monterrey ha estado a temperaturas bastante calurosas también. Y la humedad no se queda atrás. Pero claro, el calor se disfruta mejor con la hermosa vista del mar.
Felices trotes :)
En mi iPod: Food chain – Eric Hutchinson