Dicen que cuando estás entrenando para una carrera debes estar corriendo entre semana el doble de los kilómetros que vas a correr. Es decir que para correr un 10K, entre semana debes estar promediando 20K. Y si eso es cierto, ¡yo todavía estoy a la mitad!
Ayer corrí por primera vez 12K. Y fue de los mejores trotes que he tenido a excepción de pequeñas molestias en la rodilla izquierda. Y no sé si sea mental o real, pero tuve que correr sin mis bandas de la rodilla porque hace unos días que no las encuentro.
Otro de los motivos porque ayer fue una carrera excepcional es que el calor por fin empieza a ceder por las mañanas. Calzada estaba repleta de corredores a eso de las 8 de la mañana. Se vienen las temporadas fuertes de maratones y se ve que todos están en el máximo de su entrenamiento.
Comparando la primera vez que corrí un 10K después de que mi mayor distancia había sido un 5K, y pensando que el 21K va a ser algo similar, siento nervio y emoción al mismo tiempo. No sé qué efecto vaya a tener en mis piernas la distancia ni mucho menos en mente correr por dos horas o más. Y sin embargo, es esa emoción la que me tiene entrenando sin medida. Voy al tope y sin excusas. Y estoy segura que va a ser una felicidad increible cruzar esa meta.
Felices trotes :)
En mi iPod: Janelle Monáe – Tightrope